Con el paso del tiempo, el oído va perdiendo células nerviosas receptoras. Esto conlleva una pérdida de audición que se asocia con la edad y que en muchos casos pasa desapercibida para el que la sufre, ya que al ser lenta y progresiva, hace que la persona se acostumbre y no sea consciente. Esto provoca una pérdida de inteligibilidad en las conversaciones y mayor sensibilidad a los ruidos. Suelen ser los familiares y amigos los que se dan cuenta del problema y suelen ejercen la labor de concienciación en las personas con pérdida auditiva.